Salud física y mental, cuidado del ambiente, geopolítica (conflictos armados), descontento social, diversidad e inclusión… son factores que hoy hacen parte de los temas de discusión de los tomadores de decisión en las organizaciones.
Todos estos son riesgos que ponen en jaque la normal operación de las organizaciones, su continuidad y su sostenibilidad en el tiempo insertándose, lenta y silenciosamente -en principio- en la agenda de la toma de decisiones que los líderes deben administrar.
¿En qué momento se insertaron estos temas en el día a día de las organizaciones?. Desde el día 1. Desde que se iniciaron procesos relacionales con trabajadores, clientes, proveedores, distribuidores, reguladores, vecinos, líderes de opinión y demás… es decir, con los grupos de interés.
¿Cómo afianzar los procesos de relacionamiento con distintos grupos de interés (stakeholders) para volverlos profundos y de largo plazo evitando la transaccionalidad de estas relaciones?. Creando verdaderas comunidades donde nuestra empresa -sin importar el tamaño o sector- pasa a ser parte de un todo más grande; cuando no somos el centro, sino somos un nodo generador de interacciones entre grupos de interés que crean valor más allá de la perspectiva económica.
Cuando nuestra estrategia internaliza el desarrollo de modelos colaborativos -internos y externos- reducimos riesgos, disminuimos costos, incrementamos la sostenibilidad, promovemos la regeneración de nuestro sistema y de nuestra sociedad.
Un modelo de interacciones participativo, colaborativo y resiliente, nos permite medir y potenciar positivamente el impacto que aquellos intangibles tienen en nuestro día a día y en los resultados que generamos.
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